"Estoy renunciando
para que mis
compañeros no sean
amedrentados y
amenazados", dijo en
una conferencia de
prensa desde Chimoré,
Cochabamba,
considerado el
bastión del "proceso
de cambio" que vivió
el país en los
últimos años.
Morales junto con el
vicepresidente
Álvaro García Linera
renunciaron, después
que ambos ganaron
las elecciones del
20 octubre, esa
votación fue
sometida a una
inspección de la
Organización de los
Estados Americanos
(OEA) a solicitud
del propio
mandatario ante las
denuncias de fraude
desde la oposición.
"Yo dije nunca voy a
renunciar. Quiero
que sepan mis
hermanas y mis
hermanos, estoy
renunciando para que
(Carlos) Mesa y
(Fernando) Camacho
no sigan haciendo
patear, quemar sus
casas de mis
hermanos, por eso
hemos decidido
renunciar a nuestros
cargos. Esperamos
que nunca más allá
esta clase de
pateaduras", agregó
Morales.
Morales se convirtió
en 2006 en el primer
presidente indígena
en la historia de
Bolivia y puso en
marcha un proceso de
nacionalización de
sectores
estratégicos que
empujaron el
crecimiento del
Producto Interno
Bruto, con un índice
mayor al 4,5% entre
2006 y 2018, período
en el que más de 3
millones de personas
salieron de la
pobreza, según datos
oficiales.
La nacionalización
no solo permitió
apalancar a los
sectores productivos
del país, generó
también riqueza para
distribuirla a
través de bonos y
programas sociales,
además de entregar
en la mayor parte de
su periodo de
gobierno.
El Fondo Monetario
Internacional (FMI),
el Banco Mundial
(BM) y la Comisión
Económica para
América Latina y el
Caribe (CEPAL)
elogiaron en
reiteradas
oportunidades el
crecimiento
económico boliviano
en medios de una
crisis internacional
regional y mundial.

Morales, líder del
Movimiento Al
Socialismo (MAS),
buscaba profundizar
los cambios sociales
y económicos con la
Agenda del
Bicentenario, que
consta de 13 pilares
referidos a la
erradicación de la
pobreza,
universalización de
los servicios
básicos, acceso a la
salud y educación
gratuita,
telecomunicaciones,
seguridad
alimentaria y
desarrollo del
aparato productivo,
entre otros.
"La comisión de
auditoría de la OEA
ha tomado una
decisión política.
Si hubieran tomado
una decisión
jurídica y técnica
hubiéramos ganado en
la primera vuelta
(...). Son
decisiones políticas
entiendo tal vez
para aportar en tema
de pacificación,
pero no comparto su
informe", dijo
Morales respecto a
la auditoría
electoral que
comenzó el 31 de
octubre y cuyos
resultados se
hicieron públicos
hoy.
Carlos Mesa,
candidato de
Comunidad Ciudadana,
primero se atribuyó
el derecho a
disputar una segunda
vuelta contra
Morales, luego
demandó una
auditoría
internacional por
sospechas de fraude
y, después, pidió
desconocer los
resultados de las
elecciones, lo que
provocó la reacción
de numerosas
organizaciones
sociales, campesinos
e indígenas, entre
otros sectores
afines al MAS que
exigían respeto al
voto de las
mayorías.
Entretanto, Luis
Fernando Camacho,
dirigente del Comité
Cívico de Santa
Cruz, demandó la
renuncia de Morales
y nuevas elecciones.
"A la comunidad
internacional, sean
de las Naciones
Unidas, sean de la
OEA, Unión Europea,
embajadores digan la
verdad sobre este
golpe de Estado,
difundan. Ser
indígena y ser de
izquierda
antiimperialista es
nuestro pecado",
remarcó Morales.